La semana pasada se celebró en Nueva York la última reunión de la comisión de la ONU encargada de organizar la IV Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río + 20), la cual se pretende realizar el próximo año en Río Janeiro.
En la oportunidad se habló sobre romper la asociación entre el crecimiento económico y consumo de recursos naturales y adoptar una forma de vida más austera para frenar el deterioro medioambiental. “No es feliz quien más tiene, sino quien menos necesita”. La idea es convencer a la gente de comprar de forma sistemática y sostenible dañando lo menos posible, señaló la ONU.
Actualmente, los países más desarrollados están arruinando el planeta con sus hábitos de consumo y uno de los indicadores del sobre consumo humano es la huella ecológica. En el 2004 ésta era equivalente a 1,25 planetas Tierra y se espera para el 2050 que ésta crezca hasta dos veces su tamaño.
Asimismo, Ban Ki-moon pidió implantar una nueva arquitectura para el desarrollo sostenible en los niveles nacional, regional e internacional, y planteó establecer límites al consumo.
En la misma línea, el PNUMA propuso congelar el consumo per cápita en los países ricos y fomentar el consumo sostenible en las naciones en desarrollo.
Por otro lado, la Conferencia Río+20 estudiará principalmente la “economía verde” en el contexto del progreso sostenible y la erradicación de la pobreza, y diseñará un Marco institucional para el desarrollo sostenible para los próximos diez años.