Dentro del II Foro Empresarial del Pacto Mundial en América Latina y el Caribe, que congregó en Lima a más de 300 empresarios de la región, se desarrollaron tres paneles de discusión, Gobierno Corporativo, Desarrollo Sostenible y Minería Responsable.
El primero de ellos evidenció la vulnerabilidad de las compañías de la región hacia prácticas de corrupción que frenan su desarrollo y el de la sociedad. En este panel, las empresas colombianas Ecopetrol y Bavaria,presentaron sus estrategias anticorrupción como dos casos exitosos.
Fernando Jaramillo, Vicepresidente de Asuntos Corporativos de Bavaria, destacó la existencia de un Estatuto Anticorrupción y de Transparencia por Colombia, como dos iniciativas que se preocupan por concientizar a los ciudadanos, a las empresas y a los miembros del gobierno sobre la necesidad de tener comportamientos transparentes.
Por su parte, Ingrid Lorena Dumez, Jefe de Ética y Cumplimiento de Ecopetrol, resaltó que la consolidación de una cultura de la legalidad depende del compromiso de la alta gerencia, los líderes de la organización y de las Sinergias con entidades del estado que permitan la judicialización de delitos y la imposición de sanciones que disminuyan la percepción de impunidad ante los actos de corrupción.
Durante el segundo panel “Desarrollo Sostenible en América Latina”, Rebeca Arias, representante de Naciones Unidas en Perú; señaló que la sostenibilidad demanda la existencia de una convivencia armónica de las organizaciones con el medioambiente. Asimismo, se refirió al último Informe de Sostenibilidad para el Desarrollo Humano, según el cual la degradación ambiental intensifica las desigualdades sociales y que de continuar los hábitos de consumo actuales el desarrollo retrocedería un 10% para el 2050.
De acuerdo con cifras de la ONU, América Latina es una de las regiones más desiguales en el mundo por la distribución del ingreso. En esta región se pierde un 23% del desarrollo humano por cuenta de esa desigualdad y por eso Naciones Unidas cree que el sector privado tiene un rol fundamental en los objetivos de desarrollo sostenible, no solo para producir bienes y servicios sino para atraer inversiones duraderas que contemplen la utilización de sinergias renovables.
El último panel, dedicado a la minería responsable del siglo XXI, estuvo presidido por Carmen Moreno, Directora para los países andinos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), quiendijo que “la actividad minera “entraña riesgos ambientales y laborales y por eso la presencia de este sector en el foro cobra tanta importancia”.
Para el investigador Percy García, la minería fue, es y seguirá siendo la espina dorsal de varios países de América Latina como Chile y Perú.
Durante su exposición en el panel, Roque Benavides, de la compañía de minas Buenaventura, del Perú, destacó que esta actividad tiene un impacto enorme en la generación de empleo formal fuera de las grandes ciudades pero que la responsabilidad social tiene que ser compartida. Hizo un llamado de atención al resaltar que durante los últimos años la producción minera del Perú ha venido cayendo en oro, zinc, plata y cobre, lo cual calificó como de gravedad extrema para el desarrollo.
La última intervención de los paneles de discusión estuvo a cargo de Carlos Franco, de Carbones El Cerrejón de Colombia, en la que subrayó la disposición del gobierno colombiano de declarar a la minería como una de las locomotoras del desarrollo y que esta representa el 60 % de las exportaciones del país y el 20% de los ingresos.
Al referirse sobre las prácticas de minería responsable de la compañía, resaltó la generación de 5500 empleos directos, 4500 indirectos y la contribución de este sector para resolver necesidades básicas del desarrollo humano.
Los panelistas de esta discusión afirmaron que la minería no desconoce los impactos de la actividad y que por el contrario, la minería es un proceso que debe mejorarse constantemente.