Por Giampiero Penna, Subgerente agrícola zona norte, Empresas Iansa.
La Sustentabilidad, concepto que cada vez suena más en la agricultura tradicional, se proyecta como un requerimiento, más que una opción productiva por parte de los agricultores. La evolución de los mercados requiere de esta visión para proyectarse en el tiempo en función a necesidades de la agroindustria y sus clientes finales.
Empresas Iansa, como ha sido en toda su historia, está jugando un rol activo en este desafío, mediante la ejecución de Programa de Desarrollo de Proveedores con Corfo en toda la zona de cultivos, trabajando intensamente junto a los agricultores en medir la “Huella de carbono” y “Huella de agua”. Además, se ha realizado un amplio despliegue en cooperación con Indap mediante el programa de Alianzas Productivas, con agricultores de remolacha y leguminosas, con quienes se han realizado importantes avances en la introducción de herramientas de medición que permiten establecer diagnósticos y acciones concretas para reducir el impacto del desarrollo de las actividades agrícolas.
Uno de los factores de mayor impacto ha sido el uso de nitrógeno en el cultivo, elemento nutricional fundamental para la producción agrícola, el que, sin embargo, posee un golpe significativo en la huella de carbono de la remolacha. Una adecuada formulación en cantidad y oportunidad permite ajustar las dosis promoviendo beneficios como una disminución del impacto ambiental y una mejora en la calidad industrial de la materia prima sin afectar el potencial productivo del cultivo.
Es importante recordar que el 89% de la remolacha utiliza hoy sistemas de riego tecnificado por lo que la eficiencia en el uso del agua nos permite ajustar, y medir eficazmente, la huella de agua de la producción de remolacha.
Los avances tecnológicos han logrado una velocidad enorme en cuanto a la producción de soluciones que podrán mejorar de manera sustancial las operaciones agrícolas y su impacto en el medio ambiente. Es tal el avance, que hoy se habla de una “nova de conocimiento”, lo que representa un tremendo desafío al mundo profesional del agro: comprender, adaptar e incorporar nuevas metodologías.
Son numerosos los avances a pequeña escala que permitirán generar enormes beneficios, entre ellos, la incorporación de energía fotovoltaica en riego tecnificado, la automatización de riegos de cobertura total, el reciclaje de la cinta de riego usada en cultivos regados con esa modalidad, la incorporación de robótica en labores agrícolas como autopiloto, el uso de drones para aplicaciones de fertilizantes y algunos agroquímicos, el apoyo de imágenes satelitales, las que, combinadas con IA, aportan herramientas de diagnóstico hoy muy necesarias para la toma de decisión de labores, así como ajustes en el uso de fertilizantes mediante aplicaciones variables, sondas de medición de humedad con información en línea, combinadas con estaciones meteorológicas distribuidas por
todo el territorio agrícola, por nombrar solo algunos ejemplos.
Todas estas herramientas permitirán aumentar la eficiencia de uso de los recursos utilizados en la producción agrícola, lo que significará reducir los impactos ambientales sin afectar los potenciales productivos de la agricultura. Empresas Iansa continuará liderando la generación de soluciones junto a sus socios estratégicos con el objetivo claro de lograr una operación sustentable en el largo plazo.