El Informe anual de Oportunidades Globales 2016, presentado en la reciente Cumbre de Líderes del Pacto Global, apunta a una nueva forma de pensar los riesgos y las oportunidades. El documento nace del amplio abanico de posibilidades para la adopción de medidas que brindan los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para la elaboración del informe participaron más de 6.000 líderes empresariales de todo el mundo e incluye 15 nuevos mercados sostenibles mediante el mapeo de las mejores oportunidades en base a cinco riesgos globales.
Las expectativas sobre los negocios en la nueva era de los Objetivos de Desarrollo Sostenible son inmensas. El Pacto Global ofrece una posición única a las empresas para embarcase en estos desafíos. Al mismo tiempo, las oportunidades que representan se están convirtiendo rápidamente en evidentes y atractivas. El siguiente paso en el camino a 2030 es convertir las aspiraciones de los objetivos mundiales en acciones locales y los impactos en los mercados de todo el mundo.
“El panorama empresarial actual se caracteriza por un nivel de incertidumbre sin precedentes, lo que acelera y complejiza el contexto con una mezcla de riesgos y oportunidades. Cada industria y cada sector -en todos los países- se enfrentan a nuevos cambios, los cuales afectan el entorno operativo de las empresas”, señala Margarita Ducci, Directora Ejecutiva del capítulo chileno de Pacto Global.
Hasta el momento, el proyecto ha demostrado cómo 15 riesgos globales han abierto 30 nuevas oportunidades de mercado. Un ejemplo: Informes de alimentos respecto de la tasa de escasez es uno de los mayores riesgos globales, los documentos del Global Opportunity muestran por qué este riesgo abre la oportunidad más grande en términos de inteligencia agropecuaria y tiene las mejores opciones para las soluciones listas y escalables.
En ese sentido, el informe cada año realiza un remapeo del contexto lo que a la larga amplía el alcance de la visión, profundiza en el conocimiento de los riesgos y oportunidades para las empresas.
“Se reconoce cada vez más -en especial por los líderes empresariales y los inversores- que no es suficiente para las empresas preocuparse únicamente por los beneficios a corto plazo, ya que los desastres naturales, el malestar social o la disparidad económica puede provocar daños a la prosperidad a largo plazo”, señala Margarita Ducci.